Un 18 de julio pero de 1986 se inauguró la Biblioteca Julio Serebrinsky de la Cooperativa Eléctrica de Concordia. A 38 años de esa fecha, es reconocida como una referencia regional de espacio educativo y cultural abierto a la comunidad como genuina expresión de uno de los principios del cooperativismo.
La Biblioteca se creó cuando Adolfo Trosfdorf era el presidente de la Cooperativa en una idea conjunta con Pedro Capurro quien ejercía el cargo de Secretario de Educación y Relaciones Cooperativas. En ese momento la biblioteca funcionaba en calle Urquiza 868, en un edificio que pertenecía a la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande (CTM) y que lo utilizaba en comodato la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), con la cual se realizó un convenio de contraprestación.
Las notorias dificultades de los estudiantes para acceder a la bibliografía que les permitiera continuar con los estudios universitarios alentó a la cooperativa a la incorporación de bibliografía como aporte para solucionar los inconvenientes de los alumnos, colaborando de esta manera para evitar las deserciones de los estudiantes. Estos fueron los primeros pasos de la biblioteca Serebrinsky.
La adquisición del actual edificio de la cooperativa (Urquiza y 1° de Mayo) permitió concentrar las distintas dependencias del sector administrativo de la cooperativa, dotando no solo de mayor funcionalidad a la gestión, sino también brindando la oportunidad para que la Biblioteca pudiera desarrollar su propio espacio en la actual sede (Urquiza 721) donde además se brindan cursos, seminarios y capacitaciones.
El nombre de Julio Serebrinsky conmemora a uno de los fundadores de la Cooperativa Eléctrica de Concordia. Tenía una librería, una juguetería y un periódico cuyos talleres estaban en calle Pellegrini al 1.200 y desde el cual bregaba para que una cooperativa brindara energía eléctrica a la ciudad. Desde la entidad lo recuerdan como “una persona recta, inclaudicable luchador por las ideas y valores cooperativos. En su memoria y en reconocimiento a su compromiso con la ciudad, la biblioteca de la Cooperativa Eléctrica de Concordia lleva su nombre”.
La Biblioteca hoy
La Biblioteca Serebrinsky continúa comprometida con los principios que le dieron origen y sigue aportando a la educación y la cultura beneficiando a la comunidad con diversas actividades.
Si bien este proyecto tuvo impulsores concretos desde el Consejo de Administración, fueron los propios socios quienes lo hicieron posible con sus aportes voluntarios, que al día de hoy consiste en $17,00 promedio
Los socios de la biblioteca, con sus aportes, hicieron posible que innumerable cantidad de estudiantes de diferentes edades realizar cursos de capacitación no arancelados, como los de computación, inglés, guitarra, danzas folclóricas, y más recientemente, programación, robótica, inteligencia artificial y ajedrez.
Además de la importante cantidad de libros de estudio y entretenimiento que retiran en préstamo los asociados, los estudiantes y docentes disponen también de sala de computación con acceso a internet para utilizar para investigaciones educativas.
Distintas actividades culturales, como presentaciones de libros, reuniones de agrupaciones representantes de distintas actividades de la ciudad, y otras actividades culturales utilizan el espacio que la Cooperativa Eléctrica de Concordia dispone a través de su biblioteca para contribuir al desarrollo de la educación y la cultura.
