miércoles, mayo 14, 2025
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Consumo de carne vacuna: mayo fue el mes más flojo, con una caída del 10%

Ya en marzo el consumo de carne vacuna por habitante retrocedió considerablemente y se ubicó en 42,6 kilos per cápita al año, según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA). En mayo esta tendencia se profundizó y con respecto al mes anterior cayó un 10%. Esta baja en la demanda se registra en un contexto en el que los distintos cortes vacunos mantienen estables sus precios. Si bien hubo un pequeño incremento hace una par de semanas atrás, que rondó entre el 4% y el 10%, en el sector aclaran que se debió a que por las intensas lluvias y el estado de los caminos no se pudo mover la hacienda y esto generó una escasez transitoria. Ahora los valores se reencauzaron, pero las ventas no.
Al respecto, Emanuel Satler, productor y propietario de una reconocida carnicería en Paraná, señaló a UNO: “Hay generalmente una baja estacional en el consumo de carne que se da en los meses de marzo y abril, que es cuando comienzan las clases. También empieza a hacer más frío y la gente va cambiando sus hábitos, dejando las juntadas y el asado, y muta más a la casa, haciendo otras comidas. Entonces, cambia la cantidad y el tipo de corte que consume. Este año no fue la excepción y hubo una baja en estos meses. Pero a diferencia de otros años, en esta oportunidad en mayo no se registró un repunte, sino que hubo incluso menor demanda que los dos meses anteriores. Eso se sintió en las carnicerías”.
En este marco, estimó que “con respecto a abril, en mayo habrá bajado un 10% seguro”, y añadió: “Si lo comparamos con mayo del año pasado, la caída se nota más, y seguro alcanzó un 20%”.

Tendencia
Esta situación se encuadra en un descenso general del consumo, tal como lo vienen advirtiendo los diferentes sectores y organismos, como la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), que informó retrocesos en la facturación de mayo de hasta un 23%, a pesar de la desaceleración de la inflación. Y si bien en esto confluye la pérdida de poder adquisitivo, también entran a jugar otras variables. Al respecto, Satler observó: “Mayo no tuvo ningún fin de semana largo, que eso por ahí ayuda a que haya más ventas en el sector. Y aparte el frío intenso se adelantó, y cuando eso pasa la gente empieza a hacer platos como locro, por ejemplo, que lleva más bien carne de cerdo: hacía varios años que no se consumía tanto cerdo como ocurrió el 1° de mayo y el 25. Además, el cerdo bajó nominalmente y se hizo una diferencia de precios que es notoria: o sea, está mucho más barato que la carne vacuna, cuando hace un tiempo atrás estaban muy parecidos los valores. Por ejemplo, una costilla de cerdo hoy la tenemos 3.600 pesos al público; y la de novillito especial a menos de 6.000 pesos no se la consigue; es el doble casi. Y de ternero vale de 7.000 a 7.300 pesos”.
Asimismo, subrayó: “En general se está vendiendo mucho cerdo. Lo que más llevan es costeleta, que está a 3.200 pesos el kilo, y pechito, que cuesta 3.890. De no ser que hay cortes muy puntuales que son muy caros, como el matambre, porque sale muy poco en el cerdo, después te conviene comprar cerdo”. En esto coinciden otros comerciantes del sector.

Expectativas
Más allá de este panorama, el productor referente del rubro se mostró optimista y evaluó: “Esperemos que este mes repunte el consumo de carne vacuna. Hay dos fines de semana largos y es el Día del Padre en junio. En general es cuando empieza a repuntar y esta tendencia al alza y se suele mantener ya hasta fin de año. Ese es el ciclo de la carnicería, si bien este año fue más acentuada la caída del consumo de cortes vacunos el mes pasado por esas variables: porque hizo más frío, la gente preparó más locro y otros platos en vez de tanta carne asada; y se tendió más el cerdo, que está barato”.
En cuanto a la demanda de pollo, concluyó: “También ha bajado un poquito en términos nominales. Pasa lo mismo que con el cerdo. Y aparte las exportaciones están un poco trabadas por todo este aumento de costos internos, la inflación y el tipo de cambio, así que hay más oferta”.
Si bien la oferta y la demanda impactan en los precios, habrá que ver cómo se trasladan a los distintos tipos de carne las recientes subas de combustible, de los servicios como la energía eléctrica, y las paritarias del sector, que seguramente obligarán a retocar los valores de venta al público para no trabajar a pérdida o, al menos, minimizar en algo la caída de la rentabilidad.

Diario UNO

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