Silvina Cabrera, integrante del equipo de bromatología de la UNER de Gualeguaychú, dialogó en las últimas horas con LT15 a raíz de un proyecto en el cual se encuentran trabajando que tiene que ver con la elaboración de un repelente. Las tareas son en conjunto con el municipio de la ciudad y el producto final se distribuye a la comunidad de manera gratuita en un contexto donde hay faltante de repelente en el mercado.
“No solamente el repelente es importante sino también la prevención que uno hace en casa. La municipalidad de Gualeguaychú se acercó a la facultad debido a que supieron que nosotros presentamos un proyecto hace dos años en el cual ya habíamos hecho un repelente a base de citronela y habíamos repartido en la zona del hospital Baggio de Gualeguaychú. La municipalidad se acercó debido al costo que tenía comprar en el mercado el repelente entonces se firmó un proyecto con la facultad y comenzamos a cumplir parte de la demanda del repelente, sabiendo que es alta pero hacemos lo mejor que se puede”, contó Cabrera.
Respecto a la posibilidad de que este accionar se extienda sobre todo el territorio entrerriano, la licenciada aclaró que de momento solo se trabaja en Gualeguaychú pero es una posibilidad de hacerlo en la provincia. “Se han comunicado de distintos municipios de la provincia con la facultad. Entiendo que se puede hacer. Este es un repelente que no se vende, se hace con pedidos estrictamente de la municipalidad de Gualeguaychú, ellos nos proveen la materia prima y nosotros lo hacemos para la distribución gratuita a través del municipio. Es una solución, se aplica en spray”, dijo.
“Elaborarlo es mucho más económico que el que está en el mercado. El único inconveniente que nos surgió fue que no encontrábamos el principio activo, esa sustancia que es la que va a repeler al mosquito que es el producto más caro. Esta solución que hacemos tiene una duración aproximada de cinco horas de eficacia”, afirmó.
“La idea surgió a partir de que nosotros en el año 2022 nos acercamos al hospitalito Baggio y preguntamos cuáles eran las necesidades que habían en ese momento en el barrio. Ellos trabajan con zonas vulnerables. Ahí nos dijeron que había un pequeño brote de mosquitos y ahí surgió la necesidad. Uno se tiene que acercar a estos lugares que son donde realmente se sabe, la gente de salud está en permanente contacto con la población. Ahora en estos momentos toda la ciudad está comprometida”, relató la integrante del área correspondiente a la UNER.
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