España vive horas movidas en sus calles por un fuerte reclamo del sector agrícola en diferentes puntos del país que han implicado cortes en grandes vías de circulación y el intento de boicotear algunos centros logísticos.
La protesta se centra en un pedido de que se relajen las exigencias de las políticas medioambientales europeas o acuerdos comerciales con terceros países a los que se les pida las mismas condiciones de producción que a los productores comunitarios (cláusulas espejo).
Alberto Vila, es un economista y analista político argentino que vive en España y dialogó con LT15 para dar mayor detalle de la situación que atraviesa el país y que se comienza a hacer extensivo hacia otras comunidades europeas.
“La cuestión europea tiene que inscribirse dentro de lo que es la gran crisis alimentaria de productos agropecuarios que se está dando a nivel mundial. La realidad agropecuaria de Europa en relación al contexto internacional, a juicio de los agricultores europeos en general, pone de manifiesto que las exigencias a las que son sometidos difieren de país a país, por fuera de la Unión Europea”, explicó Vila.
“El campo en Europa, a partir del año 2020, restringe la utilización de glifosatos, un elemento que es muy simple a pesar de tener químicos perjudiciales como por ejemplo cancerígenos. Pero es un caso que pone de manifiesto que otros países que exportan hacia Europa, no tienen la transparencia que los agricultores locales aprecian y eso lleva a que los costos de producción se incrementen. Entonces hay una política agraria común con la que sectores ganaderos no están de acuerdo porque encuentran una desigualdad a la hora de competir”, detalló.
Luego, contó: “Esta crisis es la continuación del gran conflicto que tiene que ver con la producción e intercambio de productos alimenticios. Aquí se juegan otro tipo de interacciones y acuerdos que están basados en el pragmatismo. En el caso de Argentina si realmente ingresa productos en la comunidad europea, será porque se le permite desde Bruselas y entonces lo agricultores europeos se sienten afectados y reaccionan. Por el contrario, si China va a Argentina a comprar productos y, por una razón de dogmatismo ideológico se le brinda el acceso, China comprará en Brasil y Argentina tendrá una perdida significativa para la próxima cosecha”.
“La gestión del agua es una de las cuestiones determinantes. Lo que ocurre en España es que la gestión gubernamental es muy activa pero es tan compleja y multifactorial. Entonces por un lado tiene la industrialización, por otro cambios tecnológicos, es decir que toda la situación se está gestionando. En Argentina, hay una deserción del gobierno como gestor y no se puede dejar librado a que las fuerzas de las naturalezas equilibren”, analizó Vila.
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