Los sacerdotes de Concordia se unieron, este miércoles, para emitir un comunicado a la comunidad, en el que se refieren al elevado índice de pobreza que existe a nivel local y a las situaciones de violencia que se han desatado en el último tiempo. A continuación lo expuesto por los sacerdotes:
A nuestros hermanos de nuestra querida ciudad de Concordia:
El 08 octubre de 2021 mediante la declaración “LA DIGNIDAD DE NUESTROS HERMANOS CLAMA AL CIELO” expresamos nuestra preocupación por el elevado índice de pobreza de nuestra ciudad de acuerdo a los datos consignados semanas antes por el INDEC.
La situación de la pobreza lamentablemente no ha cambiado mucho y a esto, en este primer mes del año, se le suma los reiterados casos de violencia entre bandas, situaciones de ajuste de cuentas o robos que en todos los casos terminan con la muerte de una persona.
¿Dónde está tu hermano? Es la pregunta que Dios hace a Caín cuando éste ya había terminado con la vida de su hermano Abel. La sangre de tu hermano clama al cielo, es la respuesta de Dios frente al primer fratricidio que nos relata la Sagrada Escritura. Hoy Dios nos vuelve a hacer a cada uno de nosotros los concordienses la misma pregunta; y, ¿cuál es nuestra respuesta?
Creemos sinceramente que la escalada de violencia en nuestra Concordia es un tema complejo que exige involucrarnos como sociedad toda para vivir en paz, en una ciudad que, precisamente, lleva el nombre de Concordia.
Ser artífices, constructores de paz es lo que cada uno debe exigirse. Desterrar toda clase de violencia, que siempre se gesta en primer lugar en el corazón.
No obstante que construir la paz es tarea de todos, volvemos a pedirle a todos los poderes del Estado en sus diferentes niveles (municipal, provincial y nacional) que asuman lo que les compete en la lucha contra la delincuencia, especialmente el narcotráfico. En ustedes la sociedad ha depositado la responsabilidad de gestionar los recursos para la concreción del bien común, para una ciudad en paz.
Lamentablemente nuestra ciudad está infectada por el narcotráfico y debemos decir que esta diabólica peste, esta pandemia, va creciendo a pasos agigantados porque quienes deben luchar contra ella en algunos casos son indiferentes, en otros inoperantes y en otros, dolorosamente, cómplices de su expansión.
En Concordia estamos ante una verdadera situación de EMERGENCIA EN MATERIA DE SEGURIDAD, por ello instamos al Consejo de Seguridad de la Municipalidad de Concordia a buscar los caminos que den respuesta urgente a esta emergencia.
La canción oficial de nuestra ciudad dice en una de sus partes: “Ciudad floreciente con futuro ausente dejaste de ser y un pueblo creciente, sueño de tu gente, crecer y crecer…”. Hoy lo de aquellos años se ve oscurecido y alzamos nuestra voz porque no queremos ser una ciudad sometida al miedo, al narcotráfico, a la delincuencia, que no se puede salir de la casa tranquilo y que la droga es de venta pública (cualquiera sabe dónde comprar y se compra y vende con toda impunidad).
Ante esta situación volvemos a mirar a Jesús que vuelve a decirnos como a Pedro “¿por qué dudas?” y juntos proclamamos: Concordia, ¡levántate y camina!
Recordemos siempre lo que nos decía el Papa Francisco en medio de la pandemia por el COVID-19: “estamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente. En esta barca, estamos todos… no podemos seguir cada uno por nuestra cuenta, sino encontrándonos y aportando lo propio de cada uno”. Estas palabras las hacemos presente nuevamente ante esta pandemia del narcotráfico y la inseguridad en nuestra ciudad.
Querida comunidad de Concordia, creemos y por eso animamos a todos a soñar con una convivencia en paz verdadera. Alentamos a cada uno desde su condición de ciudadanos a no dejar de creer que la paz es posible. Aquí estamos como Iglesia “de puertas abiertas y en salida” que “acoge la vida como viene” y “sale al encuentro de la vida como está”.
Juntos podemos hacer una Concordia que sea casa de todos y en donde todos vivan dignamente, en paz y fraternidad; una Concordia donde todos hagamos la escuela en la educación, del respeto y la consideración por la vida del hermano. EN JESUCRISTO SIEMPRE HAY VIDA Y ESPERANZA. Cuidemos entre todos toda vida de extremo a extremo, desde el niño por nacer hasta el anciano. Por eso invocamos a Dios – fuente de toda razón y justicia – por intercesión de Nuestra Señora del Lujan – Patrona de nuestra Patria – y San Antonio de Padua – Patrono de nuestra ciudad -, para que su gracia nos fortalezca en la esperanza de que juntos podemos construir la Concordia que soñamos.
Los sacerdotes de la ciudad de Concordia